¿INFORMAR PARA QUÉ?
Nunca antes, como en nuestra época, la información ha adquirido un valor comercial tan
exorbitante. Parece que cual una horda de zombis, los seres humanos hemos entrado en
una vorágine informativa. Más aún con las nuevas tecnologías como herramientas que
han adquirido un valor fundamental en las prácticas cotidianas.
Internet, por ejemplo, se ha convertido en un instrumento que facilita la participación
ciudadana, sin embargo, es simplemente una herramienta de acceso para facilitar los
procesos, no debemos cometer el error de trasladar o equiparar la labor del comunicador
en su continua elaboración de información e interacción en el acto comunicativo. La
función de esta herramienta será el permitir el ejercicio del derecho a la libre expresión,
para dar cuenta de que la comunicación puede hacer uso de sus instrumentos para
ejercer la “libertad”, tomando en cuenta las políticas de Estado para que no se acentúe la
brecha digital existente. “…Sobre todo por Internet, que constituye un medio de
comunicación y de acceso a la información rápido, barato y eficiente que vino a modificar
la conciencia empresarial y de los particulares, creando nuevos espacios de intercambio
Los lentos períodos informativos, caracterizados por el cavilar de los editorialistas, han
quedado en el paleolítico periodístico. "El acceso a los contenidos significa pluralidad y
diversidad en la recepción de información a través de Internet y también en la difusión por
la misma vía”2. Hoy por hoy, la inmediatez noticiosa nos ha hecho perder la pregunta
sobre el fin último de nuestra actividad: ¿para qué informamos?
¿Para defender la libertad de expresión?, ¿para resguardar el derecho básico a estar
comunicados e informados? La labor periodística, más allá de la ética que implica
cualquier profesión, no defiende estos preceptos, debe guiarlos a través de su práctica
para que se cumplan, debe complementarlos con la esencia de la comunicación: la
1 La Gaceta, Libertad con Límites, Argentina, 12 de junio de 2011.
2 Frank La Rue, relator especial de la ONU, declaración para la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión.
En la estructuración de este paradigma llamado libertad, el discurso se ha enfrascado en
el idilio inalcanzable de un pensamiento que no fundamenta la realidad. El sistema de
dominación y el poder configuran los escenarios a partir de una libertad que será
visualizada desde el acceso a la información sin dilaciones, al abuso de contenidos e
informaciones sin control ni reglamentación, al desconcierto creado por el morbo, el
sensacionalismo, incluso el amarillismo desde los medios de comunicación masiva, sin
embargo, se enmascara la participación de todos los sectores en este proceso alejado de
la construcción de significaciones reales que aporten a la transformación de las
Nos encontramos en un estado de hipnotismo aislado de la reflexión, donde creemos ser
libres cuando informamos y somos informados a través de ciertas herramientas
mediáticas, más no cuando hemos participado en la estructuración y construcción de
verdaderos procesos de participación ciudadana, de democracia libre, no aquella falsa
que pretende conformar un contexto sin límites que rompe las barreras del respeto y la
tolerancia, donde se inserta, sin lugar a dudas, el desconocimiento de uno mismo en el
Una clara exposición de lo mencionado se configura en el discurso de contenidos de los
medios de comunicación masiva, donde la exclusión y discriminación categorizan y
separan a la sociedad. ¿Cómo no hablar de los límites en la libertad, cuando hacemos
uso de las herramientas para fragmentar la sociedad y sus procesos de interacción a
través del olvido de valores trascendentales? Incluso la fotografía en su momento de
representación visual generó ambivalencia en torno al otro desde la discriminación. “Una
vez que el poder de representar estuvo en manos deuna elite blanca europea, la
representación audiovisual del “otro” estableciósímbolos de modernidad versus
primitivismo, civilización versus salvajismo,creando una imagen del “otro” consonante con
las representaciones de éste en lascategorías raciales y de alteridad del sistema
3 Hartmann, Silvester& Hayes,1998; Rony, 1996, en Revista Periferia, De la difusión de tópicos a las estrategias, auto-reflexivas: el caso de la representación de las mujeres brasileñas en los medios de comunicación portugueses, Junio, 2008.
La libertad como “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra,
y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”4. Aún en su definición más sencilla,
la libertad está caracterizada por un proceso de responsabilidad de los actores sociales,
por tanto, cualquier libertad exigirá normas y reglas, aquellas que determinarán ciertos
límites que la categorizan desde la necesidad de respetar al otro, y más allá de eso,
reconocer al otro y reconocerse a uno mismo a través de ese otro, aplicando la alteridad
como base ética de todo principio de vida.
En el ámbito comunicativo, “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión”5. Hablar de libertad de expresión será hablar,
entonces, de la facultad del ser humano de discernir sobre informar y no informar,
responsabilizarse del acto comunicativo y orientar el proceso de interlocución e
interacción a través del respeto al otro, de la alteridad, del consenso, de la reflexión
La libertad de expresión estará enmarcada en los mismos preceptos, por lo que es
indispensable más bien diferenciar entre la necesidad de proclamar el derecho a la
libertad y la necesidad de ciertos medios de producción de reclamar en torno a un
concepto al que hacen alusión en función de determinados intereses.
En el ámbito de la comunicación se vuelve indispensable hacer esta diferenciación a partir
de la dinámica que vivimos en nuestra coyuntura político ideológica a nivel de América
Latina e identificar que hoy en el proceso comunicativo el acto de informar no es
necesariamente un acto donde se ejerce la libertad de expresión, sino un acto “comercial”.
Informamos, porque es nuestro trabajo, porque es nuestro medio de sustento, lejos está
de ser la actividad informativa una labor heroica o de paladines. La libertad de expresión
no es nuestro fin último, es un fundamento de nuestro accionar. Como comunicadores
debemos y deberíamos orientar los procesos comunicativos a fin de garantizar la
subsistencia de los medios, y por ende, de nuestros trabajos. Hoy más que
5 Artículo 19, Declaración Universal de Derechos Humanos
nunca,podríamos retomar a Saussure para comprender desde el estudio semiológico los
binomios relacionados en cuanto signo/símbolo, signo/marca, equiparando en su
comprensión dialógica, información/mercancía, medio de comunicación/negocio.
Ese conjunto organizado de datos que es la información nace lejana a nosotros, no nos
pertenece pero cuando la sacamos a la luz “pública” se transforma en algo más.
Esa “cosa pública” incide en mayor o menor grado en una sociedad, nuestra libertad de
expresión tiene diversos alcances y conlleva diversas responsabilidades profesionales
frente a lo que expresamos. Por tanto, la libertad de expresión debe tener límites y estos
límites deben estar marcados por la legislación de cada país, por leyes profesionales y
deontológicas, por las costumbres y usanzas de cada región.
ST. STEPHEN’S ELEMENTARY SCHOOL 3669 HIGHLAND AVE., HFX., NS B3K 4J9 TEL: 493-5155 FAX: 493-5158 www.st.stephens.ednet.ns.ca [email protected] PRINCIPAL VICE PRINCIPAL Makiko Chiasson Rebecca Campbell November 19, 2013 Dear Parent/Guardian : We are noticing with more frequency, cases of head lice in the school. As head lice can be spread from person to person, we r
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